Desarrollo del contraataque y la transición ofensiva (junto con todos los conceptos asociados a estas dos áreas) mediante una superioridad numérica ofensiva a toda la pista que, no obstante, terminará convirtiéndose en un 5c5 real siempre y cuando los defensores logren contrarrestar la desventaja antes de que sus rivales anoten.

Los atacantes empiezan lanzando el balón contra el tablero a modo de rueda (quien “pasa” al compañero se coloca en la última posición de la fila contraria). A la señal del entrenador simulan una acción de rebote defensivo y, en dicho instante, comienzan la transición ofensiva hacia la otra canasta.

Por consiguiente, los atacantes deben asignarse roles (¿dirige el contraataque el mismo jugador que captura el rebote o buscamos un pase de apertura?), ocupar correctamente las calles y llegar jugando conforme a las normas establecidas por cada entrenador.

Los defensores, por su parte, se distribuyen inicialmente de la siguiente manera: tres jugadores comienzan preparados para proteger el aro (simulando un posible balance defensivo sin completar) y los otros dos se colocan abiertos sobre la línea de medio campo.

Esos dos jugadores abiertos son, tal y como podemos observar en el gráfico 4, quienes tienen que recuperar cuando el balón cruza la línea de medio campo (ya sea a través de bote o con un pase) para, así, convertir la superioridad numérica ofensiva en el 5c5 real.

Una vez concluya ese 5c5 (canasta anotada, pérdida, robo o rebote defensivo), cada entrenador decide si se empieza de nuevo, si los equipos se intercambian roles o si, por el contrario, se da continuidad al 5c5 real hasta llegar a un determinado número de puntos.