Pase
El pase es, sin lugar a dudas, el gran olvidado entre todos los fundamentos técnicos del baloncesto. Curiosamente, también es el que a menudo marca la diferencia en la pista, ya que es el fundamento que define al baloncesto como un deporte de equipo.
En esta línea, el técnico catalán Pere Romero asegura: “El bote individualiza el juego, mientras que el pase lo socializa”.
Sin embargo, no podemos limitar la importancia del pase a su función como elemento socializador dentro del juego. Entre las dos formas que existen para trasladar el balón de un lugar a otro de la cancha, pasando o botando, el pase destaca como la opción más rápida y eficiente.
En ese sentido, el emblemático entrenador serbio Božidar Maljković argumentaba que, si bien “el arte de pasar es posiblemente la menos apreciada entre las dotes de un jugador”, para él “un buen pasador es tan importante como un buen anotador, ya que un buen pase es sinónimo de canasta convertida”.
En resumen, entrenar el pase va más allá de mejorar y depurar su ejecución técnica; se trata de cultivar una comprensión más profunda de su relevancia en el entramado táctico colectivo: saber cuándo pasar el balón, cómo pasar el balón y a quién pasar el balón.