A lo largo de su extensa y prolífica carrera como entrenador, maestro y mentor, Don Meyer nos dejó varias reflexiones que aún hoy resuenan con fuerza entre muchos jugadores y entrenadores. Concretamente, una de ellas resulta especialmente indicada para la tarea que nos ocupa: “No vas a ganar ningún título si no anotas bandejas y tiros libres”.
Rick Majerus, una auténtica leyenda de los banquillos de la NCAA, compartía esa visión: “Para ganar los partidos importantes, debes llegar a la línea de tiros libres. Y luego, debes anotarlos”.
En definitiva, el acierto desde la línea de 4,60 es fundamental en cualquier partido de baloncesto. En situaciones de mucha presión, como finales apretados o momentos decisivos, los tiros libres pueden marcar la diferencia entre ganar o perder.
Una idea para aplicarlo:
Dado que ningún jugador tira siempre con las piernas frescas durante un partido, es muy importante practicar tiros libres en condiciones de fatiga. Por ende, aconsejamos utilizar este ejercicio cuando nuestros jugadores estén cansados o requiriendo un esfuerzo físico previo a los lanzamientos (como flexiones, planchas abdominales, burpees, entre otros).
Sin embargo, en función del contexto y de la categoría de nuestros jugadores, también debemos considerar realizarlo con cierta frescura, especialmente si queremos introducir alguna corrección técnica.
En tal caso, es imprescindible que los jugadores practiquen en condiciones óptimas para asimilar todos los detalles. Una vez dominen la parte técnica, podemos reproducir situaciones más específicas.
En resumen, aunque el tiro libre requiere —salvo honrosas excepciones— una técnica individual bastante depurada, su ejecución en los partidos está fuertemente influenciada por el componente mental. La presión, la concentración, saber mantener la calma en situaciones de estrés competitivo y la confianza son, entre otros, algunos aspectos clave.
Por lo tanto, al incorporar este tipo de ejercicios a nuestras sesiones de entrenamiento, los jugadores pueden desarrollar tanto la precisión como la fortaleza mental necesaria para enfrentarse a los momentos decisivos en un partido.