En primer lugar, conforme podemos observar en ambos gráficos, establecemos tres grupos de cuatro jugadores (aunque es un ejercicio flexible y escalable, para optimizar y exprimir su funcionamiento lo más conveniente es plantearlo en sesiones con doce jugadores).
Los atacantes, tal y como explica el entrenador madrileño Chus Mateo (autor del ejercicio), deben mantener en todo momento un triángulo equidistante y pisar con las puntas de los pies la línea de su círculo.
El objetivo principal es, evidentemente, conservar el balón y alcanzar el mayor número de pases de forma consecutiva. Los atacantes, sin embargo, no pueden retener el balón ni fintar ningún pase.
Si el defensor desvía el balón, consigue recuperarlo o si un rival lo pierde debido a un mal pase (o recepción), intercambia su posición en el círculo con el atacante que corresponda.


Objetivos / Contenidos
- Cuidar la ejecución y recepción del pase (aspecto técnico).
- Proteger el balón.
- Comunicación (verbal y no verbal).
- Anticipación defensiva en la línea de pase.
- Encadenar esfuerzos → Nadie descansa, actividad constante.
Variantes
- Ampliar o reducir el espacio de cada círculo.
- Limitar el tipo de pase que los atacantes pueden utilizar.
- No se puede devolver el pase al mismo jugador del que se recibe.
- A la señal del entrenador, el jugador que tenga el balón debe conservarlo en las manos durante X segundos (pivotes, aguantar la presión…).
- Añadir más defensores en cada círculo.
- Establecer una competición entre los diferentes círculos:
- Alcanzar un determinado número de pases.
- ¿Quién aguanta más sin perder el balón?