2️⃣ “Two minute shooting”

En los últimos tiempos, la popularidad de retos y desafíos orientados a mejorar el porcentaje de tiro exterior ha aumentado significativamente. La mayoría de estas propuestas, que varían ligeramente en complejidad y estilo, implican una gran cantidad de repeticiones, así como una elevada autoexigencia física y mental. A simple vista, esto puede resultar en una práctica menos variada y más enfocada en la propia repetición del tiro desde diferentes posiciones.

Sin embargo, queremos dejar bien claro desde el principio que, para nosotros, la práctica –la repetición– hace al maestro. Por lo tanto, aunque la variabilidad, la capacidad de adaptación a escenarios imprevisibles, la incertidumbre, el caos y la transferencia al juego real son francamente importantes, el trabajo analítico y de repetición también desempeña un papel crucial (e imprescindible).

Y más allá de lo que podamos decir quienes observamos el juego desde la banda, algún experto en la materia (de los que meten la pelotita por el aro) nos puede dar la razón. ¿Verdad, Steph?

Desde otra perspectiva, la entrenadora Marianne Stanley nos regaló una curiosa anécdota sobre una charla que mantuvo con John Wooden. En un momento clave de la conversación, Marianne preguntó al legendario entrenador de UCLA qué hacía de Bill Walton un jugador tan excepcional. Su respuesta fue contundente: “No se aburría con la repetición que necesitas para alcanzar la excelencia”.

Pero, volviendo al origen de este texto, exploremos detalladamente el funcionamiento de lo que en el baloncesto estadounidense han bautizado como “two minute shooting”:

Como alternativa, siguiendo las instrucciones del entrenador Pete Quinn, podríamos transformar el ejercicio en una suerte de versión reducida de nuestro semáforo. El objetivo sería completar la mayor cantidad de posiciones alrededor del arco (en ambas direcciones).