Este ejercicio, popularizado por la entrenadora canadiense Allison McNeill, es una excelente opción para empezar cualquier sesión de entrenamiento. Además de ser muy divertido, estimula los mecanismos de percepción, decisión y ejecución.
Para optimizar el ejercicio, organizamos a las jugadoras en grupos de cinco.
A partir de ahí:
🦄 Una jugadora de cada grupo se coloca en el centro del cuadrado.
🔲 Las demás, delante de cada cono, dan forma a las “cuatro esquinas”.
⚡ Las jugadoras que ocupan las cuatro esquinas del cuadrado deben intercambiar posiciones rápidamente, evitando que la jugadora del centro se anticipe.
Michael MacKay, otro gran entrenador que ha ayudado a popularizar este ejercicio, nos advierte que, si las jugadoras no están dispuestas a ser vulnerables, el juego se volverá aburrido y monótono. “Deben arriesgarse a fallar para ganar”, asegura.
Objetivos y Contenidos
- Velocidad de reacción (ofensiva y defensiva).
- Percepción:
- ¿Cuándo es el mejor momento para intercambiar posiciones?
- ¿Con qué compañera?
- Comunicación (verbal y sobre todo no verbal).
- Mejorar los desplazamientos (con y sin balón).
- Sincronización en los movimientos.
- Potenciar el uso de fintas (pies, manos, brazos, hombros, ojos…).
- Estimular y mejorar la capacidad de engañar al rival.
Normas
- La jugadora que se queda sin posición ocupa el centro del cuadrado.
- Ninguna jugadora puede “expulsar” a otra de su cono.
- Se permite engañar abandonando y regresando al mismo cono.
- Competición → Cada vez que dos jugadoras intercambian sus posiciones exitosamente obtienen 1 punto.
Variantes
- Aumentar o reducir el espacio disponible.
- A la señal del entrenador, todas las jugadoras deben intercambiar sus posiciones.
- Todas las jugadoras tienen que botar un balón.
- Botar exclusivamente con la mano débil.
- Botar dos balones.
- Añadir más jugadoras al centro del cuadrado.
- Involucrar a más jugadoras simultáneamente (construyendo, por ejemplo, un pentágono).