Desde ambas esquinas inferiores, dos parejas se desplazan hacia la cabecera, cada una jugando de forma independiente. Al principio, la defensa puede ser guiada o real, lo que permite a las atacantes romper hacia el aro si sus defensoras se despistan.
En cualquier momento, el entrenador debe hacer una señal (por ejemplo, girarse y extender los brazos) para indicar cuál de las dos atacantes debe pasarle su balón.
A partir de ahí, se configura nuestra doble situación de 1c1:
🤝 La jugadora que entrega su balón al entrenador busca recibir el pase de su “compañera” atacante para finalizar con ventaja.
🔄 Justo después del primer pase, la otra jugadora atacante recibe el balón del entrenador y juega su 1c1.
Como explica la entrenadora Allison McNeill, cada jugadora debe leer e interpretar la posición corporal de su defensora y decidir si corta por delante o ataca la espalda con una puerta atrás.